Lo que dice el desorden según el lugar de tu casa

 

¿Alguna vez en tu vida escuchaste lo siguiente: “Cuento hasta tres para ver todo recogido y ordenado”? (me parece escuchar la voz de mi abuelita jajaja)

¿Y alguna vez te has preguntado cuál es la razón por la cual muchas personas no logran ordenar sus espacios? 

¿Y porque les sucede a algunos miembros de la familia y a otros no aún formados con las mismas normas y hábitos?

En términos generales, el desorden en los espacios que habitamos es un reflejo de la desorganización de nuestro mundo interior (Como es adentro es afuera –> Principio Universal). La casa nos habla y quiere darnos pistas sobre lo que está pasando en nuestro interior, lo cual, si se interpreta adecuadamente su lenguaje, nos va a facilitar el camino para trascender ciertos aspectos que debemos resolver y contribuir así a nuestra transformación personal.

Si la casa está saturada de objetos, significa que quienes la habitan están saturados de ideas y de proyectos sin resolver: Nos habla acerca de nuestra confusión interna y falta de estructura.

Te contaré acerca del significado que se esconde detrás del desorden de acuerdo con el lugar en el que se encuentra y así entenderás fácilmente su influencia y la importancia de tomar acción:

  • Entrada de la casa: Miedo a relacionarte con otras personas
  • Habitación: Comienzo cosas que no termino. tengo dificultad para tener una pareja o un trabajo estable.
  • Cocina: Siento fragilidad emocional y guardo resentimientos
  • Armarios y clósets: Se me dificulta analizar y controlar mis sentimientos y emociones
  • Bajo los muebles: Dependo de la opinión de los demás y vivo de las apariencias
  • Detrás de las puertas: Me da miedo a que me rechacen y tengo la sensación de que me vigilan constantemente
  • Escritorio o sitio de trabajo: Siento frustración y necesidad de controlar las situaciones
  • Garaje: Le temo a lo nuevo y me falta destreza para actualizarme. 
  • Bodega: Sigo viviendo en el pasado
  • Pasillos: Tengo miedo a expresarme, a decir directamente lo que deseo. Se me dificulta comunicarme adecuadamente
  • Sala: Me da miedo el rechazo social.
  • Comedor: Siento que mi familia me controla y me falta seguridad en mí misma. Me da miedo a dar pasos firmes y sólidos.
  • Por toda la casa: Tengo ira reprimida, coraje, enojo, apatía y desinterés por la vida.

Recuerda que nuestro cerebro va creando nuevas rutas neuronales con la información que recibe del entorno y va grabando en nuestros recuerdos: 

  • Lo que ven nuestros ojos
  • Las sensaciones que nos llegan
  • Las emociones, y los sentimientos que se generan
  • Lo que escuchamos
  • Lo que olemos
  • Lo que percibimos (intuición) 

Y todo esto se produce por los objetos, colores, texturas, formas y aromas que hay en nuestros espacios, que juegan un papel muy importante, pues son claves para construir un ambiente sano, equilibrado y de bienestar. 

Normalmente asociamos a nuestra salud lo que comemos, cómo dormimos, si nos ejercitamos o no, si meditamos, las emociones, pero pocas veces nos detenemos a pensar el efecto que está produciendo el entorno que habitamos.

Un desequilibrio en nuestro cuerpo traerá estancamiento y si se descuida, se va a manifestar físicamente a través de una enfermedad. En nuestros espacios esta energía estancada, que no fluye, comienza a afectar los distintos aspectos de la vida: no poder encontrar trabajo o no disfrutar el trabajo que tenemos, problemas en las relaciones con otras personas (pareja, hijos, otros), disminución del flujo de dinero, proyectos sin desarrollar, entre otros. 

Ahora, todo esto que te cuento no es ni bueno, ni malo, es simplemente una guía que te ayudará a revisar qué aspectos de tu vida son viables de mejorar y en esa misma medida tu casa irá tomando un nuevo aspecto que te represente mejor como lo que eres ahora, en tu presente. 

Tampoco se trata de que gastes toda tu energía pensando en cómo resolver el desorden, simplemente basta con crear algunos hábitos que hagan que tu espacio sea un lugar fácil de manejar. Comienza por salir de la mayor cantidad de objetos que no usas y que no te gustan, este es un gran primer paso: menos objetos = menos caos (y recuerda: menos polvo que limpiar 😊).

 

Me despido y te dejo un abrazo,

Moni de Expande tu Latido

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